HACE TAN SOLO 50 años, las mujeres tenían prohibido el acceso a la judicatura. Así que su carrera para ganar terreno en esta área ha sido una contrarreloj. Aunque en 2014 las mujeres ya eran dos tercios de todos los jueces y fiscales, su presencia en los altos cargos no se corresponde con esta amplia mayoría en el conjunto de la justicia. En tribunales como el Supremo o el Constitucional, los hombres copan más del 80% de los asientos. ¿A qué se debe entonces este desequilibrio?
PARA OBTENER UNA plaza de juez, es necesario aprobar una oposición, una prueba donde la única vara de medir son los resultados de las pruebas. En este nivel, las mujeres ocupan el 65% de los puestos. La presencia femenina baja en la siguiente categoría, la de magistrados, que, según explica el propio Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) en su página web, se alcanza “mediante la superación de un concurso entre juristas de reconocida competencia y con más de diez años de ejercicio profesional, y de un curso de formación en la Escuela Judicial”. Aquí, las mujeres siguen siendo un porcentaje importante, aunque se quedan ligeramente por debajo de la mitad, en el 49% del total.
Fuente: Instituto de la Mujer
"Hasta 1966, las mujeres tenían prohibido por ley el acceso a la carrera judicial"
PERO DONDE SE produce un verdadero desplome es en el acceso al Tribunal Supremo: la presencia femenina se hunde hasta el 13%, a pesar de que ese porcentaje es casi el triple que en 2005. Para acceder a un asiento en el Alto Tribunal (que nunca ha sido presidido por una mujer), es necesario ser un “jurista de prestigio”, según explica la Ley Orgánica del Poder Judicial (LOPJ), que reúna “méritos suficientes a juicio del Consejo General del Poder Judicial” y que cuente con más de quince años de experiencia. Es decir, se trata de un nombramiento de los llamados “discrecionales”.
ESTE MECANISMO HA suscitado críticas a la independencia judicial, ya que los elegidos tienden a ser personas afines a los partidos políticos hegemónicos en el Congreso y el Senado, independientemente de su sexo y a pesar de que la Ley de Igualdad indica que “los Poderes Públicos procurarán atender al principio de presencia equilibrada de mujeres y hombres” en los nombramientos que les correspondan.
SIN EMBARGO, el establecimiento de cuotas no parece ser el método preferido por los magistrados, ya que hasta el 52% de las mujeres se muestra en contra de esta medida, según una encuesta reciente del CGPJ. Este documento también revela que el 72% de los jueces y magistrados en activo no ve discriminación contra la mujer en el trato que recibe profesionalmente dentro de la carrera judicial. Solo el 7% de los hombres considera que existe, porcentaje que aumenta hasta el 26% entre las mujeres.
Fuente: Instituto de la Mujer
EL DESEQUILIBRIO entre la proporción de mujeres en la base y los puestos más altos se repite casi como un calco en la carrera fiscal. Por ejemplo, las mujeres solo mantienen su hegemonía en las categorías más bajas, la segunda y tercera, mientras que los hombres ocupan el 76% de los puestos de fiscal de primera. Dentro de los de segunda categoría se incluyen fiscales jefe y tenientes fiscales, posiciones donde las mujeres solo ocupan un tercio de los puestos. Un parte importante de esas plazas, se ocupan por nombramiento del Gobierno a propuesta de la Fiscalía General del Estado – cuyo titular, a su vez, también es nombrado por el Gobierno. Es decir, estos puestos son también cargos de confianza. La propia Memoria de la Fiscalía General del Estado de 2015 admite que “el 70% de los puestos directivos (…) están cubiertos por hombres”. No obstante, la titular de la Fiscalía General del Estado es ahora una mujer, Consuelo Madrigal. Ese organismo reconoce también en su Memoria de este año que ellas dominan en los tramos de edad que van de los 20 a los 50, lo que le lleva a predecir “una composición de la Carrera Fiscal en que el porcentaje de mujeres alcanzará el 70% del total”.
“Mientras ellos escriben libros, nosotras cuidamos a los niños”
"La maternidad supone un parón en la carrera de las juezas' (Gloria Poyatos)"
LAS ESTADÍSTICAS DEL CGPJ contienen un dato revelador: a 1 de enero de este año, un total de 30 jueces y magistrados se encontraban en situación de excedencia voluntaria para el cuidado de los hijos y , de ellos, solo uno era hombre. “Eso supone un parón en su carrera”, explica Gloria Poyatos, presidenta de la recién creada Asociación de Mujeres Juezas de España (AMJE) y jueza decana de Lanzarote. “Les resta puntos de cara a los puestos de nombramiento discrecional”, donde lo que pesan son méritos como másters, horas de docencia u obras publicadas. “Mientras ellos escriben libros, nosotras cuidamos a los niños”, resume gráficamente Poyatos.
¿ES ESA ENTONCES la clave que explica que no haya apenas juezas estrella? “Un juez estrella da prioridad a su carrera, lo cual no es para nada criticable”, cuenta Poyatos. “Pero la administración del tiempo masculina y femenina no es igual. Al tomar decisiones, ellos escogen la carrera y ellas, la familia”.
LA DESPROPORCIÓN entre la presencia femenina en la carrera judicial y su ausencia en los puestos más altos ha llevado a la asociación presidida por la jueza decana de Lanzarote a exigir que se adopten “medidas positivas hasta que se equiparen la representación de hombres y mujeres, sin que la antigüedad sea un mérito” y reclaman que “en igualdad de méritos”, sean las mujeres las elegidas para ocupar esas plazas.